Cómo no recordar esa noche
cuando volcaste tu amor en mí
con melodiosa voz entrecortada
y con manos temblorosas dijiste: ¡te amo!
Es que el amor no se improvisa
largas noches de tertulia… ¡enamorándonos!
mirando tus ojos negros, con el brillo del amor…
y el viento jugando en tu pelo.
Hoy, con un hato de recuerdos… a lo lejos
desandando los caminos por los que viniera
camino en silencio llevando el paso lento…
pareciera que volviera… pero no…
Es mi sombra que se alarga… mientras el sol declina…
lo mismo que mí alma y mi vida…
me enamoré de ti belleza, pero nada importa ya
Se avizora mi destierro allá... en la lejanía.
Delalma
Martes, 27 de diciembre de 2011
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