Nadie sabrá de los besos delirantes…
De tus ansias,
Que en noches de loca pasión…
Perturbada, me los diste.
Nadie sabrá lo que tu boca hiciera…
A solas conmigo,
Ni aunque la noche quisiera, podría…
Todo contarlo.
Nadie sabrá que en tu cuerpo de luna…
Colmé mis antojos,
Ni que mordí el oro de las amapolas…
En tus tímidos senos.
Nadie sabrá que tus carnes se abrieron…
Para mí, a placer.
Para ti y para mí será el canto sinerge
De un gorrión al amanecer…
O la húmeda rosa que sus pétalos abre
A los rayos del sol.
Nadie sabrá que tu cuerpo indomable…
Se rindió bajo el mío,
Que libres sin brida por montes corrimos
A beber del placer escondido.
Nadie sabrá que tu pelo con pasión desbordada…
Del cuello te alzabas,
Para morder la ardiente cerviz encontrada
Al filo del clímax,
Nadie sabrá lo que tus labios dijeran…
Más allá del silencio,
En momentos que con mi boca mordiera
Tus húmedos secretos.
Nadie sabrá que tus ojos enjugaron…
Lágrimas dulces,
Y que mojaran mi cuerpo estrellado
Ebrio de ti… y de fe.
Yo te prometo mujer
Que nadie sabrá de tus aventuras y las mías
De esas lisuras…
De aquellos secretos que nos hacen buscarnos
Y comernos a besos.
¡Yo te juro mujer que a nadie contaré…
DEL AMOR QUE NOS DIMOS!…
Delalma
Miércoles, 11 de abril de 2012
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