Por las tardes, las puestas de sol
siguen igual de bellas…
vistiendo de cobre el mar
para arrasarlo con fuego.
Algunas gaviotas en el horizonte
vuelven en lento vuelo…
buscando abrigo en el nido
que con amor han tejido.
A solas con mis recuerdos
yo miro desde la orilla…
perderse en la lejanía
el nombre, de la que tanto quería.
Delalma
Martes, 01 de febrero de 2011
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