Desde que te has ido,
en mi habitación sólo hay un sonido
de soledad, de hastío; de risa hueca y de vacío…
todo se ha desvanecido, casi todo lo he perdido
esperando al amor que ya es olvido.
Los caminos cubiertos de flores y de sueños
que antes me vieran pasar como tu dueño,
quedaron tirados y marchitos,
ya no pasaremos por allí,
ya no pasaremos por allí,
tú te has ido y el amor partió contigo.
¡Me he quedado solo,
sin amor… y sin alma!
sin amor… y sin alma!
como quedan los muertos allá en el campo santo
con los ojos cerrados, cubriendo mi dolor
y los puños crispados por la rabia.
El trinar de un pajarillo en primavera
me recuerda que estoy vivo y que aun siento,
siento un año más de mi desdicha y tú abandono,
y ésta realidad brutal...
de quererte y no tenerte.
de quererte y no tenerte.
Más de pronto…
mi mente tiende un puente
mi mente tiende un puente
entre el ayer y el presente, y todo pasa nuevamente
tu cara, tu sonrisa y los rizos de tu pelo
cayendo suavemente por tu níveo y terso cuello.
Y sonrío… como cuando recordaba junto a ti
el día que te conocí
hasta el día en que me dijiste: ¡sí!
hasta el día en que me dijiste: ¡sí!
… Con rictus de dolor miro al infinito,
¡Deseando ver tu rostro!...
¿Olvido?... no hay olvido,
hay soledad y melancolía,
hay soledad y melancolía,
la ilusión perdida de saberte ¡siempre mía!…
¡y éste dolor que llevaré hasta la muerte!
por haberte dejado partir… ¡sin detenerte!
Delalma
11 de enero de 2010 a las 13:00
11 de enero de 2010 a las 13:00
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