Detrás del horizonte hay otro mundo
un mundo hecho a la medida de los
dos
un mundo donde todo tiene vida
donde no existen la pena o el dolor
Detrás del horizonte hay un mundo,
un mundo forjado para los dos
un mundo que se alimenta de lo que
sentimos,
que se alimenta de
la consumación de nuestro amor
La cama de rosas en el valle
extendida
bajo el extenso manantial de luz
provisto por la luna
donde no hay abrigo más que el calor
de tu cuerpo
donde no hay preocupación más que la
de sentir tu boca
Tus manos han marcado un camino en
mi cuerpo
un camino que sólo tú puedes
recorrer.
He dibujado tu silueta en el
firmamento
he sido tuya cada noche hasta el
amanecer.
El fresco aroma del eucalipto en las
mañanas,
el canto de las aves en
nuestros oídos
y tu respiración en mi
cuello marcada
al compás de las aspas del molino.
Renace, crece, se aviva la llama,
su apaciguan la furia y la
desesperación,
en el crepúsculo se encuentran
nuestros cuerpos
y al amanecer se difunden las
cenizas del amor
Esas cenizas que vuelan con el
viento desde nuestra cama
y que se esparcen por todo nuestro
alrededor,
esas cenizas que se convierten en
semillas
y que van llenando nuestro mundo de
esplendor
Tengo que decirte que he perdido las
llaves
no hay manera que alguien más
aparezca en este mundo de los dos,
porque precisamente sólo tú tienes
cabida en mi alma
y sólo yo soy la dueña absoluta de
tu corazón.
a 4 de Febrero de 2010
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